Qué es la RSE
¿Qué es la Responsabilidad Social?
Ninguna empresa o economía puede liderar los mercados si no integra los grandes desafíos planteados por la sociedad. Los mejores resultados están vinculados a las mejores maneras de operar. Avanzar hacia una competitividad sostenible y socialmente responsable es un reto de excelencia para las mejores empresas y para aquellos países que quieren ser líderes.
La Comisión Europea define la RSE como «la responsabilidad de las empresas por sus impactos en la sociedad». La RSE es la integración de las preocupaciones sociales, ambientales, éticas, de los derechos humanos y de los consumidores en las operaciones comerciales y en la estrategia básica, con el fin de maximizar las oportunidades para crear valor compartido y minimizar los impactos adversos. En Europa, la RSE ha formado parte de la Estrategia de Lisboa para desarrollar una economía del conocimiento y ahora, en la renovada estrategia Europa 2020, el RS vuelve a tener protagonismo.
El contenido de RSE se resume a menudo en las tres P: People, Planet & Profit. De forma más desglosada, la RSE se centra en cinco áreas principales, que reúnen los aspectos de nuestro interés:
- Impactos Económicos
- Impactos Ambientales
- Impactos Laborales
- Impactos Sociales
- Buen Gobierno
En el marco del proyecto, no se pretende entrar en el detalle de cada una de estas materias, que pueden tener partners especializados, sino hacer un enfoque global sobre cómo la RSE se puede gestionar y desarrollar mejor desde la óptica empresarial.
- La RSE no es un enfoque filantrópico, sino un aspecto central de la gestión empresarial de las empresas más avanzadas de todo el mundo, ya que reduce riesgos, mejora la competitividad, permite la diferenciación y genera la confianza de los grupos de interés y de la sociedad en general, desde una mayor capacidad para gestionar los activos intangibles que aportan valor a la empresa.
- Los compromisos empresariales en RSE comienzan a demostrar su potencial de cambio y fuente deventajas competitivas. Los comportamientos corporativos socialmente responsables pueden posicionarse como un elemento central para una economía sostenible en el siglo XXI.